Gracias a todo el proceso de las esponjas, las maquetas, aprendí a que, sin uno, no hubiese llegado a otro. Es decir, que en cada proceso hubo una evolución. Asimismo, el análisis de terreno también nos sirvió de gran ayuda, ya que no se puede trabajar el terreno sin tener el contexto, es por ello que al inicio nuestra prefigura quedó muy pequeña, puesto que no consideramos la verdadera escala del terreno, y al agrandarlo, tuvimos que mover y modificar los volúmenes. Asimismo, también aplicamos lo enseñado en ciclos anteriores, como las relaciones espaciales que debe tener un espacio con otro. Por otro lado, aprendí que trabajar en conjunto es mejor que individualmente, ya que al juntar ideas de tres personas, sale una idea buena y aprendes mejor, pues aprendes de sus técnicas también. Con relación al trabajo de esponjas, estas fueron de gran utilidad, ya que nos ayudaron a formar la idea que tenemos hasta ahora.

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Luego de la entrega, nos separaron en grupos de a dos; el primer grupo que eran más "realistas" o "rectos" y el segundo grupo en el cual estábamos nosotras que se iban por la rama más "abstracta" o con figuras más libres. Ninguno es mejor que el otro, solo son diferentes maneras de realizar un proyecto. Luego de esta división nos dimos cuenta que con los integrantes de este grupo podíamos ayudarnos entre nosotros, ya que teníamos ideas o metas parecida hacia el proyecto que estamos realizando.